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Mostrando las entradas de diciembre, 2025

Dos inviernos han pasado

Dos inviernos ya han pasado desde aquel viaje de ensueño y Rusia sigue en mi corazón resonando como un dulce dueño. Su gente, cálida y fuerte rostros que el tiempo no borra por ello en mi memoria perviven y mi alma por ellos implora. Extraño el aire helado y puro la nieve que alfombraba el suelo el brillo de las cúpulas, un eterno y bello anhelo. El idioma que en lo personal me enamoraba, con su musicalidad, los ojos de color cielo profundos, sinceros, de una noble humanidad. Recuerdo las calles los parques el bullicio y la quietud, el mar negro cada rincón cada instante quedará grabado en mi alma por siempre. Las conversaciones sencillas, las risas compartidas, la esencia de un pueblo noble, en mil memorias vividas. A veces la nostalgia me aprieta y las lágrimas quieren brotar por esa Federación y a su hermosa gente, que ya no puedo abrazar. Un viaje que fue un regalo un suspiro en el destino y hoy mi alma te anhela como si no hubiera mañana. Sueño con volver algún día de sentir de nu...

A "D" el chico ruso de Kaliningrado

En el invierno de dos mil veinticuatro,   un encuentro inesperado, un amor que brilló.   Tus ojos verdes, como esmeraldas reflejaron en mí la luz de un nuevo amanecer.   A primera vista, un destello tu sonrisa, un abrazo cálido en el frío.   Me enseñaste que el amor puede ser sencillo,   que abrir el corazón es un acto valiente aunque el futuro sea incierto y distante.   Hoy, en este último lunes de diciembre me detengo a reflexionar sobre lo vivido.   Agradezco el regalo de haberte conocido  de haber compartido risas y sueños de haber sentido tu esencia, tan profunda y bohemia.   Pero el tiempo nos ha enseñado  que algunos caminos no están destinados a cruzarse o al menos en esta vida ademas. Más de siete mares nos separan,   y otros continentes que parecen insalvables.   Es hora de dejarte ir, querido D,   aunque el eco de tu risa aún resuene en mi corazón. ...