Dos inviernos han pasado
Dos inviernos ya han pasado
desde aquel viaje de ensueño
y Rusia sigue en mi corazón
resonando como un dulce dueño.
Su gente, cálida y fuerte
rostros que el tiempo no borra por ello
en mi memoria perviven y
mi alma por ellos implora.
Extraño el aire helado y puro
la nieve que alfombraba el suelo
el brillo de las cúpulas,
un eterno y bello anhelo.
El idioma que en lo personal me enamoraba,
con su musicalidad,
los ojos de color cielo profundos, sinceros,
de una noble humanidad.
Recuerdo las calles los parques
el bullicio y la quietud, el mar negro
cada rincón cada instante quedará
grabado en mi alma por siempre.
Las conversaciones sencillas,
las risas compartidas,
la esencia de un pueblo noble,
en mil memorias vividas.
A veces la nostalgia me aprieta
y las lágrimas quieren brotar
por esa Federación y a su hermosa gente,
que ya no puedo abrazar.
Un viaje que fue un regalo
un suspiro en el destino
y hoy mi alma te anhela como si no hubiera mañana.
Sueño con volver algún día
de sentir de nuevo tu abrazo,
reencontrarme contigo,
y desandar cada paso sonriendo mientras camino por las calles rusas.
Que el tiempo no apague la llama
de este amor por la Federación Rusa que me ha tocado el cora y tambien el alma.
Rusia, mi eterna quimera
mi viaje más amado porque debo de serles sinceros que a lo largo de mi vida en muchas naciones ya he llegado y solo a Rusia sigo anhelando volver a ver talvez por haber dejado un amor que no pudo ser o porque talvez en mi otra vida aunque sea unas horas una rusa tuve que ser,
Lo cierto y concreto es que a Ruisa por siempre extrañare.
Dra. Alice Arce Aguilera
Comentarios