Caminos del Duelo
En la penumbra suave de una noche callada,
el eco de tus risas se siente aún en mi almohada.
Las memorias flotan, como hojas en el viento,
y cada lágrima caída es un grito en el silencio.
El amor que fue fuego ahora es solo ceniza,
un recuerdo que duele, una herida precisa.
Pero en este laberinto de sombras y desvelo,
hay pasos que se dan, aunque cueste el anhelo.
Caminar es difícil cuando el alma está herida,
pero cada paso firme es parte de la vida.
Es aprender a abrazar el dolor sin temor,
es recordar que también hay belleza en el dolor.
Las estaciones cambian, y yo también lo haré,
como un árbol que florece después de su caer.
Escribiré mis sentimientos en versos sincero,
y transformaré mi tristeza en un canto ligero.
Buscaré la luz en las pequeñas cosas,
en la risa de un amigo y en las flores hermosas.
A veces me detendré a mirar hacia atrás,
pero seguiré adelante; no me dejaré atrapar.
El tiempo es un aliado que cura las heridas,
aunque a veces parezca que se llevan las vidas.
En cada amanecer habrá un nuevo comienzo,
y aunque hoy sienta duelo, mañana habrá aliento.
Así sobrellevaré este amor que se ha ido,
con la certeza de que siempre hay un sentido.
Mi corazón aprenderá a latir con fuerza nueva,
y aunque hoy esté triste, mañana seré primavera.
Dra. Alice Arce Aguilera

Comentarios