Miradas en la Calle
Ayer, en el bullicio de la vida cotidiana,
crucé miradas que danzan como estrellas lejanas.
Cada par de ojos, un universo oculto,
historias susurradas en un instante absoluto.
Una mirada triste, como lluvia en el suelo,
cargaba el peso de un sueño deshecho.
Quizás perdió algo que nunca se halló,
o busca en el aire un destino mejor.
Otra brillaba con chispa, llena de vida,
reflejando risas y promesas perdidas.
Era la luz de un amor recién encontrado,
un secreto compartido, un futuro soñado.
Una mirada sabia, con arrugas de tiempo,
contaba historias de amor y sufrimiento.
En su profundidad se asomaba la paz,
como un río sereno que siempre va más.
Y aquella mirada fugaz que apenas rozó,
un instante compartido que el viento llevó.
Un guiño cómplice en medio del pasar,
como un eco sutil que invita a soñar.
Cada mirada es un libro sin fin,
páginas llenas de risas y de su sentir.
En el cruce de caminos, nos encontramos así,
tejiendo conexiones que nos hacen vivir.
Así caminé entre esas almas errantes,
pintando con ojos lo que somos constantes.
Cada mirada es un puente hacia el corazón,
un recordatorio hermoso de nuestra conexión.
Dra. Alice Arce Aguilera

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