La Disciplina del Entrenamiento
En la mañana temprana, cuando el sol apenas asoma,
suena el despertador, es hora de la toma.
Despierto mi cuerpo, sacudo la pereza,
la disciplina me llama, es mi mayor fortaleza.
Cada gota de sudor es un paso hacia el sueño,
cada esfuerzo constante forja mi empeño.
Con cada repetición, construyo mi destino,
la disciplina es mi guía, aunque la pereza se asome.
El camino no siempre es fácil ni llano,
hay días de lucha, de sentirme en vano.
Pero en cada caída hay una lección clara:
la fuerza se encuentra en quien nunca se para.
Es el ritmo constante de un corazón decidido,
es la voz interior que me dice: “¡Sigue! ¡No has perdido!”
La disciplina es un arte que se cultiva con pasión,
una danza entre mente y cuerpo en perfecta unión.
Los sacrificios valen cuando veo mi progreso,
cada meta alcanzada es un nuevo regreso.
Y aunque a veces duela y las dudas asalten,
mi espíritu se eleva y mis ganas no faltan.
Así entreno mi mente y también mi ser,
con la disciplina como aliada en este amanecer.
Porque sé que al final del camino marcado,
la recompensa será dulce y el esfuerzo, sagrado.
Celebro cada paso en este viaje sin fin,
la disciplina me lleva a descubrir quién soy en mí.
Así que entreno con fuerza, con amor y sin miedo,
pues cada día es un regalo y ese es mi credo.
Dra. Alice Arce Aguilera
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