Cuando el corazón llora
las lágrimas caen como lluvia en el mundo.
Susurros de penas, ecos de dolor,
un canto apagado que busca su voz.
En la noche oscura, donde todo es vacío,
las estrellas titilan, como un sueño perdido.
Cada latido es un eco de lo que fue,
recuerdos que duelen, sombras de ayer.
Los suspiros flotan en el aire helado,
historias olvidadas, amores callados.
Un abrazo ausente que busca consuelo,
un alma errante que se siente sin vuelo.
Pero tras cada llanto hay un rayo de luz,
un nuevo amanecer donde brilla la cruz.
Las lágrimas limpian el alma herida,
y cada dolor trae una lección de vida.
Cuando el corazón llora, también aprende a amar,
a encontrar en la tristeza la fuerza para andar.
Porque tras la tormenta siempre vuelve a brillar,
el arcoíris brillante que invita a soñar.
Así que deja fluir ese llanto sincero,
pues al final del túnel hay un nuevo sendero.
Y aunque hoy sientas que el mundo se apaga,
recuerda: tras la lluvia siempre nace la calma.
Dra. Alice Arce Aguilera
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