Recuerdos de un Primer Amor de la niñez
En los días de juegos, en risas y sueños,
donde el sol brillaba y no había dueños,
te encontré, Jorge, a lado de mi casa, porque eras mi vecino,
un niño travieso, un amor que no muerde.
Con tus ojos brillantes y tu risa sincera,
dibujamos historias en nuestra primavera.
Las horas volaban entre risas y cuentos,
nuestros corazones eran puentes en el viento.
El destino, caprichoso, nos llevó por caminos,
tú a otra ciudad y yo seguí en nuestro barrio.
Pero en mi memoria, aún guardo tu esencia,
como un faro brillante que nunca se ausenta.
Hoy a mis 36 años, sin querer queriendo,
te encuentro en mis pensamientos, el tiempo no está cediendo.
Aquel primer amor que floreció en mi pecho, con quien pasaba mucho tiempo y a quien decía que seria mi marido en el futuro
sigue vivo en mis versos, como un dulce derecho.
Recuerdos de infancia, de promesas sinceras,
en cada rincón del alma, tus risas son veras.
Aunque la vida nos llevo por senderos lejanos,
suelo recordarte porque fuiste parte de mis sueños para el futuro de esa pequeña niña que solo quería ser presidenta .
Al chico del barrio, mi vecino, el niño que nunca decía nada solo sonreía ,
marcó mi niñez en sentido positivo.
Los años pueden pasar y las distancias crecer,
pero el eco de tu risa siempre va a resplandecer y la voy a atesorar en lo mas profundo de mi corazón, ¿será Jorge que algún día te he de encontrar nuevamente? O en alguna otra vida, si la misma existiese?
Adivinen que, lo encontré en las redes y se convirtió en lo que siempre espere encontrar en un hombre, trabajador, líder, político, amante de la familia, el deporte y el emprendedurismo, gracias por ser ese amor de la infancia que recordé e me inspiro a escribir.
Dra. Alice Arce Aguilera
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