Invierno en Kaliningrado
Kaliningrado, joya que el invierno goza.
Sus calles de historia, envueltas en niebla,
susurran secretos que el viento celebra.
Los árboles se visten de blanco inmaculado,
cada rama es un sueño, cada hoja, un legado.
El aire es fresco, una danza helada,
mientras el sol titila en la mañana dorada.
El sonido del crujir bajo los pies,
cada paso es un eco de lo que fue.
Los canales reflejan un cielo gris claro,
como espejos de plata en un mundo raro.
Las luces titilan en la oscura noche,
las casas se abrazan al calor de un broche.
El aroma del pino y del fuego encendido,
te envuelven y abrazan como un viejo amigo.
Los niños ríen mientras construyen su sueño,
un muñeco de nieve con cariño y empeño.
Las risas resuenan en el aire helado,
en este invierno mágico que nunca ha terminado.
Kaliningrado, en tu invierno tan bello,
los corazones se calman y encuentran destello.
En cada copo que cae desde el cielo estrellado,
se escribe una historia de amor y legado.
Dra. Alice Arce Aguilera.
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