Aprendi a abrazar mi hiperactividad




Aprendi a abrazar mi hiperactividad.







En un rincón del mundo, específicamente en el corazón de America del Sur, Paraguay.....

Donde los días se despliegan como un lienzo en blanco, hay una chica que danza al ritmo frenético de su propia energía. Alice, así se llama, y su vida es un torbellino de risas y movimientos. Desde el amanecer, cuando los primeros rayos del sol se cuelan por la ventana, ella ya ha comenzado su espectáculo: saltos en la cama, risas desbordantes, entrenamiento físico y mental porque  tiene una mente que nunca se detiene, todo eso lo hace antes de ir al trabajo.

Las horas parecen deslizarse como un río caudaloso a su alrededor. Mientras otras chicas o chicos se sientan a jugar con sus juguetes, Alice transforma cada objeto en una aventura. Un simple lápiz se convierte en una espada mágica; las almohadas son montañas que escalar. Su imaginación vuela tan alto que a veces parece desafiar la gravedad, es rara para muchos y para pocos es única.

A lo largo de los años, ha aprendido a abrazar su hiperactividad como un regalo aunque déjenme decirles fue un proceso con altos y bajos, porque no es fácil ser etiquetada como la chica hiperactiva aunque hoy, no le importa el que dirán. 


En la escuela, mientras sus compañeros luchaban por concentrarse en las lecciones, ella encentraba inspiración en cada rincón del aula, eso la metía siempre en problemas, por suerte siempre supo expresarse para defender sus pensamientos y acciones. Las palabras cobran vida y las ideas surgen como burbujas de soda, explosivas y brillantes hasta hoy en día.

 Sin embargo, el mundo no siempre comprende su energía desbordante, la han llamado tantas veces intensa y pesada incluso algunos la ven como un torbellino incontrolable, es que es así, ella no es una chica normal aunque simule aunque antes volviendo al pasado moría por serlo.

Pero Alice no se deja desanimar, gracias a Dios y a su Madre, autoestima nunca le ha faltado desde pequeña y por supuesto al arte, que la salvo un millar de veces y la sigue salvando.

 Con cada tropiezo y cada mirada desconcertada, aprende a canalizar su vitalidad en algo hermoso. Se convierte en la amiga que siempre está ahí para hacer reír a otros, la chispa que ilumina los días grises.

 Sus pasos rápidos son un eco de su pasión por vivir intensamente ahora entiende que no esta mal que la llamen intensa que serlo es lo mejor que le ha pasado, pero lo entendió una vez que se acepto también.

Alice hoy entiende porque sus Padres, la hacían estudiar música, teatro, locución y periodismo joven, oratoria, danza incluso hasta artes marciales, era la única manera en la que esa niña pudiera cansarse y dormir sin pensar mucho, porque su mente nunca ha descansado, de grande ella no solo decidió estudiar una carrera, termino una a los 17, cuando iniciaba dos mas, mientras terminaba la segunda ya hacia la maestría y mientras terminaba la tercera, ella lideraba siendo la directora mas joven de un gobierno nacional del 2012, con solo 23 años, hoy todos entienden incluso ella que su edad no era producto de su intelectualidad y su nivel de coeficiente intelectual, siempre fue su hiperactividad.

Así paso, pasaba y pasa el tiempo: entre risas y desafíos, entre sueños y realidades, entre caídas y levantadas, su mundo nunca es lineal, tiene varios matices que la hacen reinventarse en muchas ocasiones. Alice, sigue danzando por la vida con el corazón lleno de esperanza y alegría, pero cantando también porque recuerda siempre que ser hiperactiva no es solo un rasgo; es una forma única de ver el mundo, talvez diferente a quienes no lo sean pero que gracias a serlo ha podido con tanto y seguirá pudiendo con todo, esa chica llamada Alice hoy ama su realidad y ama poder decir con orgullo soy hiperactiva y no tiene nada malo serlo.
Dra. Alice Arce Aguilera.

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